lunes, 22 de noviembre de 2010

ARTICULO EXTRAIDO DE ARTEMISA NOTICIAS



Crédito foto: Guillermo Saposnik

Impunidad contagiosa
Por Alejandra Waigandt | 19.11.2010

El femicidio de Wanda Taddei fue el primero de los ocho que ocurrieron entre enero y agosto de este año producto de que los agresores quemaron a las víctimas. Beatriz Taddei se indigna con la impunidad que caracteriza estos casos y quiere trabajar para modificar esa situación urgente. Especialistas en género reflexionan sobre el fenómeno que originó la muerte de la joven Taddei.

Después del femicidio de Wanda Taddei, otras ocho mujeres fueron incineradas, según confirmó Fabiana Tuñez, coordinadora ejecutiva de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en base al informe sobre los femicidios ocurridos en 2010, que será divulgado en diciembre. Beatriz Taddei sigue estos casos y se indigna frente la impunidad que facilita el accionar de los agresores. 'Inclusive las familias damnificadas por las muertes de sus seres queridos sufren las amenazas de los agresores', aseguró la mamá de Wanda, quien prevé hacer todo lo que esté a su alcance para que las mujeres dejen de ser asesinadas sólo por pertenecer a ese género.

'Cuando ocurrió lo de Wanda, pensé mucho en cómo evitar estas muertes. Creo que si se logra identificar hechos de violencia previamente o si atienden las denuncias de las mujeres, podrían tomarse medidas correctivas contra los agresores. Cuando pienso en Wanda, en cuando ingresó al Hospital Santojanni, lamento que la Fiscalía no haya exigido la filmación realizada por las cámaras del hospital. Me pregunto cuántos de estos deslices ocurren en estos casos. Si pienso en lo que vivió Wanda o Fátima (Catán), creo que hay mucho trabajo por hacer para prevenir', reflexionó Taddei.

Según el matrimonio Taddei, en Mataderos la mujer que se anima a denunciar la violencia de género tiene que hacer hasta siete horas de cola en la Comisaría de la Mujer, y cuando logra denunciar que fue amenazada de muerte por el marido, la pareja o ex pareja, la policía no tiene herramientas legales suficientes para adoptar medidas preventivas. 'Hay un vacío legal, no se toman medidas con el agresor, no se le hace advertencias, no se los manda a una institución especializada para modificar su conducta. La gente no toma conciencia de ésto, los legisladores tienen que legislar de manera de defender a las miles de mujeres argentinas que son golpeadas, que son violentadas psicológicamente', opinaron Beatriz y Jorge Taddei.

La madre de Wanda insiste: 'mi hija muere quemada y a otras ocho mujeres le pasa lo mismo. Nadie hace nada. Me pregunto si nadie hace nada porque son mujeres. Me pregunto si el Estado es responsable de que quemen ocho mujeres y no se haga nada'.

Sobre los ocho femicidios ocurridos en seis meses, Ada Beatriz Rico, directora del Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, explicó que 'las víctimas tenían diferentes edades, vivían en diferentes lugares, llevaban diferentes formas de vida, pero tenían en común el género y que fueron incineradas'. La experta se refirió a Wanda Taddei, Sabrina Cennamo, Lidia Valiente, Betiana Chávez, Alejandra Céspedes, Carmen, Gladys Beatriz Pereira y Fátima Guadalupe Catán.

'Intentos de suicidio, pruebas insuficientes o confuso episodio, son excusas que impiden ver la realidad. Como el eufemismo drama pasional, que pretende ocultar una realidad de maltrato, de posesión y de destrucción. ¿Qué hubiese pasado si la impunidad no acompañaba la muerte de Wanda Taddei? ¿Quien tiene una respuesta para dar? ¿Cuántas mujeres incineradas tendrán que morir para que se entienda que está existiendo una conducta de agresión repetitiva?', se preguntó Rico.

En carácter de respuesta la experta reflexionó: 'No es casualidad que estas muertes se hayan producido en un lapso tan corto con tanta similitud. Al tomar conocimiento de cada uno de estos ‘accidentes con alcohol’ la sociedad en general se inclina primeramente por la negación. De esto no se habla más hasta que se repite. El delito impune es contagioso. Si como sociedad la respuesta que damos a estas muertes es indiferencia para investigar, impotencia para descubrir e inoperancia para castigar, no hacemos otra cosa que alimentar este tipo de conductas. Cuando actos violentos se consideraron discusiones de pareja o cuestiones privadas en las que no hay que meterse, el varón siente que efectivamente tiene el control sobre la vida y el cuerpo de la mujer, hasta llevar a cabo el femicidio.

Cuando hay maltrato verbal hacia la mujer, intento de aislamiento, menosprecio hacia su persona y críticas sobre todo lo que hace, estos son indicadores de violencia, y de riesgo para su salud y su vida. Casi siempre la mujer espera el cumplimiento de las promesas de cambio, que lamentablemente no se producen. Muchas veces el miedo o la inseguridad pueden hacer pensar que no queda otra alternativa que aguantar. Pero siempre es posible buscar otro camino. No están solas. Aunque a su alrededor no lo vean, hay muchos grupos, profesionales y personas en todas partes del país conscientes de esta situación, que les pueden tender una mano para transitar el camino hacia una vida libre de violencia. Es importante buscar ayuda. Estas horribles muertes que trascienden en los medios de comunicación sirvan para despertar su instinto de preservación', concluyó Rico.

Artemisa Noticias

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